Corría el año de 1993 (para ser más exactos el mes de noviembre), me encontraba sin trabajo y la mayoría de las personas que conocía me decían que a lo mucho, lo mejor que podía esperar era conseguir trabajo hasta el siguiente año (ya saben... “las compañías no contratan a final de año”, “si tienes suerte hasta el próximo febrero”).

Para mi buena suerte (vamos a echarle la culpa a la suerte, ya que hasta el momento no sé si desesperadamente necesitaban a alguien que cubriera la vacante en la Sección Automotriz o si les parecí realmente bueno... vayámonos por la primera) El Norte me contrató en pleno diciembre (20 si la memoria no me falla) y ahí empezó mi aventura como reportero.

Durante la mayoría del siguiente año me dediqué a cubrir eventos relacionados con la industria automotriz, escribir artículos sobre rines, llantas, alineación de tractocamiones y otras tantas cosas ignorando que el autosonido podía darme tanto material para escribir.

No fue sino hasta la primera competencia de autosonido, realizada en Cintermex por Marco Carranza y la gente de Audio FX cuando tuve realmente mi primer acercamiento con esta onda de las competencias, el efecto fue inmediato y sabía que había mucha tela de donde cortar.

Aquí estamos (de izquierda a derecha) Pedro Díaz de D-Tronics de McAllen; Eduardo "Eddie" Cavazos de Allende, N.l.; José Guadalupe "Cacho" González de Boston Audio Alarmas; Horacio "Bola" Rivera (o sea yo) y Marco Carranza de Audio FX, en el CES de Las Vegas 1998.

Primero fueron reportajes sobre nuevos equipos de sonido y notas sobre competencias, sobre competidores regios que hacían sus primeras incursiones al valle de Texas y de cómo se adjudicaron sus primeros trofeos.

De los primeros que destacaron me acuerdo de Antonio Roldán y de Javier Villarreal.

Antonio Roldán tenía un Jetta color vino equipado con bajos JL Audio, amplificadores Punch y medios y tweeters MB Quart, el carro recuerdo que sonaba muy bien y conquistó mucho premios en las competencias locales y en las del Valle de Texas.

Otro de los que también dio (y sigue dando) mucho de qué hablar es mi compadre Javier Villarreal, quien en ese entonces contaba con una camioneta (preciosa, dicho sea de paso) Ram pick up con bajos JL Audio, amplificadores Alpine y medios y tweeters MB Quart.

Durante algún tiempo Villarreal se instaló como una verdadera amenaza para los competidores del otro lado, quienes no podían creer que un mexicano les estuviera comiendo el mandado.

Por esa misma época ya hacía sus pininos Gilberto “Mous” González que aunque todavía no podía comprar cerveza de manera legal en los Estados Unidos si tenía los argumentos para llevarse de encuentro a más de uno en las competencias del valle de Texas.

González participaba con un Jetta GLS color arena (aquí si me voy a descarar un poco pero esta es hasta la fecha la instalación más hermosa que he visto en un auto mexicano) donde amplificadores Xtant, bajos JL Audio, medios y tweeters MB Quart hacían de las suyas para llevar, por primera vez para un regio, a las finales Mundiales de la USAC (United States Autosound Competition).

En esta aventura también participó Luis Cantú quien llegó a las Finales Mundiales con su Mustang 95 equipado con amplificadores Xtant, medios y tweeters MB Quart y bajos JL Audio en una de las instalaciones más complicadas que he visto.

Y fue complicada porque Cantú siempre quería más y el pobre de Oscar Varela y Héctor Dávila de Audio FX siempre tuvieron que ingeniárselas para lograr los caprichos de Cantú.

Otros que hicieron el viaje a Houston fueron Jesús García y Carolina Martínez (quien fuera además nuestra primera “jueza de calidad de sonido) quienes en pareja construyeron todo el sistema de sonido de la Ford Explorer de García.

Bueno, pero ya me estoy adelantando y lo que verdaderamente importa es que al ver la gran cantidad que se generaba a partir del tema de autosonido se me ocurrió crear una columna dentro de la cual se pudiera hablar sobre este tema, dar consejos, orientar y servir como herramienta para los que saben menos y, por supuesto, hablar de novedades dentro del mundillo de mobile electronics.
Fue así como después de revisar entre nombres y nombres se decidió, dentro del Consejo Editorial de la sección, aprobar un espacio quincenal que por nombre llevaría “A Todo Volumen”.

Salió por primera vez a la luz pública esta columna en septiembre de 1994 con el tema Cajas acústicas.

Al principio se publicaba cada quince días, pero después del nefasto “error de diciembre” nos tuvimos que ir a publicación mensual por falta de espacio.

Creo que fue por mayo de 1995 cuando regresamos a ser quincenales y para julio la demanda nos exigía que publicáramos semanalmente y así permanece hasta hoy en día.

Gracias a todos los que me han apoyado en

sin ellos, esta aventura nunca se hubiera realizado.

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